En contra de penas más severas: una buena política social es la mejor “Corona-política”
La imposibilidad de poner fin al actual estado de emergencia sanitaria ha llevado a los Estados afectados a prolongar la restricción de derechos fundamentales de sus ciudadanos, a fin de procurar la salvaguarda de su salud. El mantenimiento de las medidas contra el coronavirus, sin embargo, no ha contado con el apoyo de todos, sino que en las últimas semanas algunos grupos minoritarios han decidido mostrar públicamente su desacuerdo, incumpliendo en algunos casos las medidas de seguridad establecidas por las administraciones como condición para autorizar la manifestación. Parte de la clase política alemana ha respondido a la protesta descalificando públicamente a los manifestantes y proponiendo una mayor severidad de las sanciones por el incumplimiento de las medidas contra la pandemia. Si el contenido de una manifestación pública puede tornarla ilegítima y si tiene sentido a efectos preventivos endurecer las sanciones en caso de incumplimiento de las referidas medidas son, pues, los dos problemas nucleares que se abordan en el texto. Sus autores, que entienden necesario respetar cualquier expresión de disidencia ciudadana en el ejercicio de sus derechos fundamentales, defienden, asimismo, que las políticas de prevención deben tener como límite el principio de proporcionalidad, extremo que les lleva a plantear, recordando lo expresado por Von Liszt y Radbruch, si una óptima política social puede acabar siendo la mejor política criminal.
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